4° Básicos realizaron emotiva ceremonia de cierre de año escolar

Acompañados por sus familias, todos los cursos de 4° Básico se conectaron el pasado 2 de diciembre a una especial reunión para cerrar este tan especial año escolar.

En la ocasión, los alumnos compartieron sus saludos, talentos musicales y reflexiones sobre lo que ha significado para ellos este año.

Fue también una instancia para felicitar y agradecer a las familias que han sido un apoyo fundamental para la educación de sus hijos en este año.

A continuación compartimos con ustedes las reflexiones de la profesora de 4° Básico, María Loreto Fuentes

De pronto y sin previo aviso, al inicio del año escolar 2020, la pandemia nos dejó sin el espacio del aula, nos quitó nuestras herramientas de enseñanza, nos hizo replantearnos los tiempos, los horarios y las prácticas a las cuales estábamos acostumbrados para enseñar; pero, sobre todo, nos alejó de nuestra contraparte más preciada, la que da sentido a la labor que realizamos: nuestros niños y niñas, nuestros queridos estudiantes.

Sin avisarnos, de una manera repentina, casi violenta, la pandemia y la crisis sanitaria nos puso frente a un computador y nos obligó –sin preparación previa para muchas y muchos de nosotros– a planificar, organizar y dar clases en una modalidad que muy pocos –o en muy limitada medida– conocíamos: la educación a distancia o educación en modo virtual.

Semejante reto nos ha colocado a los docentes en la palestra de las familias, nos evidencia como “actores de primera fila” ante la sociedad y, con seguridad, el país nos responsabilizará de los logros o los desaciertos que esta nueva experiencia pueda generar. El desafío era ineludible:  seguir educando en tiempos de crisis.

Además, se agregaba otra dimensión la de: aprender a aprender para actuar en este nuevo paradigma.

Esto ha sido un continuo aprendizaje para todos, hemos descubierto habilidades y talentos que no sabíamos que teníamos. Hemos instalado el aula en medio de la casa, nos hemos mirado con mayor amor y ternura. También nos hemos reído como nunca.

Desarrollamos una paciencia infinita (el internet se cae y volvemos a ingresar, nos quedamos pegados y tenemos que esperar, etc.), hemos aprendido a confiar en el otro que nos enseña algo nuevo cada día en cada encuentro. Puede ser un niño de básica, un alumno de media, un papá o la mamá siempre atenta, los colegas que generosamente comparten lo que se preocupan de aprender expresamente para compartirlo con quienes sabemos menos.

Por eso al final del día solo tengo una palabra GRACIAS por la vida aprendida, compartida, sufrida, vivida, atesorada, valorada y celebrada en comunidad DSV Colegio Alemán de Valparaíso.

Fraternalmente

Frau Loreto

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