Querido y respetado por tantas generaciones de alumnos, ex alumnos, profesores y asistentes del colegio. Jefe del Departamento de Historia, «decano» del Programa de Humanidades, integrante del Comité de Confianza y anfitrión, moderador y orador de cuánto acto, ceremonia y celebración existe oficial y no tan oficialmente… Nuestro querido profesor Alejandro Poffan conmemora 30 años en el DSV.
A través de esta entrevista hemos querido destacar su larga e importante trayectoria, tanto como profesor y también como ex alumno de nuestra institución.
Ud. llegó como profesor al colegio en el año 1990. ¿Qué recuerdos guarda de esos primeros años en el DSV?
Muy buenos recuerdos, especialmente cuando se es joven, y se está recién empezando. Más aún cuando regresas al Colegio que te formó. Llegué con 26 años, a tomar 4 horas solamente. Fue un Iº medio, de los que aún recuerdo a varios de esos alumnos. Afortunadamente se dieron las condiciones, yo me había titulado hacía un par de años aproximadamente, se dio la vacante, me llamaron, me entrevistaron brevemente, y a la sala de clases! Todo esto en la misma mañana. En esa época no había examen psicológico, ni realizar una clase previa, ni un proceso o concurso de postulación. Agradezco mucho la confianza depositada.
¿Cuáles han sido, según Ud., las transformaciones más importantes del colegio en estos 30 años?
Sin duda, y lo he dicho en otras ocasiones, no se daban las jornadas extensas como son ahora. No había reuniones todos los miércoles. En el caso mío que trabajaba además en otros dos lugares, era muy bueno, porque podía estar en las mañanas en el colegio y en las tardes en otra parte. Se compartía más con los colegas, quedaba más tiempo para eso. Hoy terminas extenuado la jornada, y el estrés es parte de nuestra rutina diaria.
¿Qué rectores y/o profesores/as de otras épocas recuerda con especial afecto?
Cuando llegué al colegio ocurrió algo muy emotivo. Aún trabajaban varios Profesores que me habían enseñado a mi cuando fui alumno. Ahora eran mis colegas, y por supuesto aprendí mucho de ellos, fueron muy generosos conmigo, y me integraron rápidamente al equipo. Creo necesario dar las gracias, de manera especial, a Don Raúl Fredes, que había sido mi Profesor Jefe toda la Enseñanza Media, todo un Maestro; Vicente Pizarro y Héctor Gatica, mis antiguos Profesores de Historia, los que sin duda me inspiraron mucho en mi vocación; María Angélica Zanetti, querida Profesora de Biología, Carlos Jorquera, mi Profesor de Matemática y Física, Nora Johnson y Vera Barckhahn muy queridas Profesoras de Inglés, María Angélica González, mi Profesora de Filosofía, Elizabeth Puente, mi Profesora de Artes, Liliana Sepúlveda y Evelyn Hammersley, mis profesoras de básica, Andrés Arancibia, Profesor de Artes Manuales como se decía entonces, Eladio Catalán, ayudante de Laboratorio de mi época, muy querido también. Y por supuesto no quiero dejar de nombrar a quien me recibió, y confió plenamente en mí cuando comencé, mi antiguo Profesor de Bilogía y Química, que también fue Vicerrector por años, y que incluso llegó a ser Rector interino, Don Evaristo Carrizo. Lo recuerdo con muchísimo cariño. De los Profesores de alemán, dada sus condiciones laborales, ya no quedaban de mi época, pero quiero nombrar a dos que me recibieron con mucho afecto y siempre me apoyaron, el Rector de ese entonces, Clemens Mayer Schuchard, y el Director del ciclo Media, Jürgen Pietschmann. Por supuesto que hubo otros con los que compartí por varios años, chilenos y alemanes. Grandes colegas, a todos los recuerdo con mucho aprecio, pero he querido nombrar aquí a quienes me formaron, y con quienes seguí creciendo en lo profesional.
¿Cómo describiría a los alumnos de hoy, en comparación a los alumnos de hace 30 años atrás?
Los alumnos son los actores principales del Colegio, son el alma que mueve a la Institución. No obstante el paso del tiempo, y las distintas generaciones, a todos los recuerdo como muy respetuosos, y muy cercanos. Por supuesto el entorno, los cambios sociales y de mentalidad, la dinámica del país, la interferencia de la tecnología, han hecho lo suyo, y por eso hoy nos pueden parecer diferentes los jóvenes de ayer, a los de hoy, pero ello no significa que unos hayan sido mejores o peores, no, de ninguna manera. En una mirada de conjunto, los alumnos del colegio siempre han sido inquietos, con ganas de involucrarse en su aprendizaje, ser críticos, maduros, y muy reflexivos.
Ud. participó en el desarrollo e implementación del emblemático Programa de Humanidades y es actualmente su «Decano», ¿Cómo describiría la experiencia y el éxito de este programa como aporte a la formación de la Enseñanza Media?
El PH es sin duda la más grande innovación pedagógica que ha experimentado nuestro Colegio en su Historia, y no solo por su metodología, el trabajo interdisciplinario de cinco asignaturas, la labor colaborativa de Profesores y de alumnos, la mirada particular al desarrollo de nuestra Cultura Occidental que propone, todas las herramientas evaluativas que ha implementado, o bien, el inculcar en los educandos la mirada crítica, reflexiva, y de construir de manera activa su propio aprendizaje, sino porque se trata de un Programa creado por los Profesores, sin ninguna imposición externa, para contribuir a la calidad de la enseñanza. Por supuesto contamos con el apoyo del Directorio de la época, al igual que de nuestra Rectoría y Dirección, y por sobretodo de nuestros propios alumnos, a quienes ha marcado en estos veinte años de trayectoria. El PH no es solo una actividad para sentirnos orgullosos, es por encima de todo, un sello imborrable que ha contribuido con creces, a proyectar con éxito a nuestros alumnos a la vida universitaria y laboral. En todo esto, la entrega y trabajo de todos los Profesores que han impartido sus conocimientos, a lo largo de estos años, ha sido fundamental. Mis agradecimiento y reconocimiento a todos ellos y ellas.
Ud. también es ex alumno del colegio. ¿Cómo recuerda su época escolar? ¿Se siguen reuniendo como generación?
Mi época escolar fue como la de la gran mayoría de los pasaron por este Colegio, un momento en mi vida que recuerdo con mucho cariño, que me marcó como persona y profesional, donde conocí a un grupo de personas maravillosas, con varias de las cuales aún nos vemos y compartimos. En este sentido, ha sido muy importante como evento de convocatoria para fortalecer esos recuerdos y esos lazos, la maravillosa Kermesse del Ferienheim. Como los edificios ya nos son los mismos (yo me eduqué en el Cerro Concepción de Valparaíso), el espacio neutro que identifica a las distintas generaciones vivas de su paso por el Alemán, es la casa quinta de Limache. Todos tuvimos la experiencia en nuestra vida escolar de haber pasado por allí.
Este año, nuestro querido asistente, Sr. Carlos Monsalve, cumple 35 años de labor en el colegio. Ustedes comparten una larga trayectoria en el colegio y también han colaborado estrechamente en los tantos actos, celebraciones y licenciaturas. ¿Qué mensaje quisiera enviarle al Sr. Monsalve?
Hablar de Carlos Monsalve es referirse a una gran persona y profesional, eso es lo primero. Alguien que se ha convertido con el paso del tiempo, en un verdadero emblema de la Institución. Alguien a quien todos hemos acudido en algún momento, y hemos recibido de él siempre lo mejor de su parte. Amabilidad, respeto, compromiso, laboriosidad, identificación, colaboración, empatía, tiempo y amistad, eso es lo que nos regala Carlitos cada día que trabaja en el Colegio. Quiero agregar también, que deseo que siga muchos años más con nosotros, y por supuesto darle las gracias por todo lo que ha hecho permanentemente por hacer de nuestra labor como Docentes, un trabajo que con su ayuda la hemos podido hacer de mejor manera.
Si esta pandemia hubiera tenido lugar hace tres décadas atrás, previo a la era del internet. ¿Cómo cree que habríamos vivido esta crisis y qué hubiera pasado con el sistema educativo?
Sin duda, si esta Pandemia nos hubiera tocado hace treinta años, no habríamos podido hacer todo lo que hemos podido realizar en estos momentos. Nada de clases online, nada de tecnología de apoyo y a distancia, ni menos Emails o celulares. Pero de algo si estoy seguro, el Colegio se las habría ingeniado de todas maneras para velar por la seguridad de todos sus funcionarios, y de apoyar de alguna forma los alumnos en su aprendizaje.
¿Qué reflexión/ mensaje quisiera entregar a la comunidad del colegio en este especial año?
Pienso que con el tiempo recordaremos que este año nos permitió darnos cuenta de manera evidente, lo importante que es el trabajo del Profesor en el día a día con sus alumnos, en la sala de clases, atendiendo a sus consultas, y mirándolo a la cara. El trabajo remoto no sirve en la Docencia. Por supuesto hay que salir del paso, y buscar soluciones como las hemos realizado, pero si alguien pensó alguna vez que este trabajo también puede ser reemplazado en su modo presencial, está muy equivocado. No se reemplaza la mirada por una pantalla, ni la cercanía del Docente, por una cámara. Las personas requerimos del contacto directo, del afecto personal, y del seguimiento diario del quehacer y sentir de nuestros alumnos. Ojalá que todo esto vivido nos haga ser mejores personas cuando nos volvamos a reencontrar.
¡Gracias, profesor Poffan, por darnos esta entrevista!