Tener buenos hábitos de estudio significa organizar el tiempo para realizar las actividades escolares de manera eficiente y sin estrés. Generan mayores posibilidades de eficacia y rendimiento y permite asimilar más conocimientos con menor esfuerzo y menos tiempo. ¿Suena perfecto no?
El hábito de estudio es una rutina y como tal debe llevarse a cabo siempre en el mismo lugar, a la misma hora y de la misma manera. Se establece a fuerza de repetirlo, no es necesario que tengan tareas, lo ideal es que desde pequeños se habitúen a estar concentrados en una tarea durante un rato. De esta manera, podrán conseguir más concentración durante periodos largos de tiempo a medida que crecen.
Conseguir que se sienten todos los días a hacer actividades puede ser algo difícil al principio pero, una vez que lo consiguen, debemos ayudarles a que se convierta en costumbre.
Si bien los hábitos son fundamentales para un buen desempeño académicos, no debemos olvidar que los niños y jóvenes son mucho más que lo que consiguen a nivel académico. Las notas no son lo único valorable en su conducta.