El pasado lunes 4 de agosto tuvimos el privilegio de recibir al profesor, poeta y comunicador de radio y televisión Cristian Warnken, quien propuso como tema de conversación: «Pasión por los libros: la importancia de la lectura». En el conversatorio, que contó con la participación de estudiantes de Enseñanza Media, se reflexionó sobre esta «curiosa enfermedad» que es la lectura, abriendo a nuestros atentos interlocutores nuevas vertientes, libros y autorías. «Demian» de Herman Hesse, «Los hermanos Karamazov» de Fedor Dostoievski, «La divina comedia» de Dante Alighieri y «Rayuela» de Julio Cortázar fueron algunos de los títulos que tomaron vida en la palabra y experiencia de un Warnken inspirado.
A su llegada fue recibido por directoras y maestros, a quienes dedicó en la Sala de Profesores dos pasajes poéticos de Hölderlin, a su juicio, el Rimbaud de los alemanes y el más grande poeta en lengua alemana («Donde hay peligro, florece también lo que salva»). Posteriormente, tuvo lugar la charla en presencia de IIIºs y IVº medios, además de los miembros del Taller Literario del colegio. Allí florecieron experiencias, desventuras y recuerdos que abrieron la intimidad de un anfitrión emocionado y despierto, valorando finalmente la reflexión, confianza e incipiente sabiduría que enmarcó el diálogo.
La visita concluyó con un encuentro en la biblioteca del colegio, donde el autor de «Las palabras del chamán en el fin del mundo» compartió con alumnos del Taller Literario y con profesores del Programa de Humanidades, donde el seguimiento a algunos genios poéticos y literarios enhebró una conversación cercana y reflexiva en torno al ejercicio creador, abriendo finalmente experiencias personales que lo marcaron como adolescente y humanista en tiempos de colegio. Una visita irrepetible que no olvidaremos y que nos deja inquietos respecto al seguimiento de nuestras pasiones, donde una de sus caras más amables y consoladoras pueden reconocerse en un libro, palabras con sentido para acompañar nuestro breve peregrinaje por el fin del mundo.
Andrés Melis