Los niños y jóvenes han descubierto más que nunca los desafíos ocultos de teleestudiar debido a la cuarentena. Los profesores ya no están presentes para indicarles horarios y deberes a diario y de forma presencial. Ya no se estudia en el centro escolar, sino en casa. Pero, ¿cómo afecta esta imprevista y novedosa situación a los niños y jóvenes? Quizás nos podamos sorprender de que este giro pueda motivar y afectar de forma positiva a los niños que no se caracterizan por ser buenos estudiantes. “El ser humano tiene un potencial de adaptación inagotable, y los niños, más concretamente, nos sorprenden con su capacidad de superación y esfuerzo cada día. La clave reside en saber ver las oportunidades de crecimiento y las herramientas de las que disponemos para ayudar a nuestros hijos a progresar diariamente, aún en estas circunstancias.
¿Cómo recuperar la motivación?
Ante esta realidad, es fácil que muchos niños y adolescentes requieran más atención que antes, tengan problemas para dormir y muestren enojo, tristeza o cansancio. Todo ello hace que no respondan como es habitual a los estímulos de aprendizaje y no se sientan enganchados a lo que se les plantea, porque el estado emocional influye directamente en el proceso de aprendizaje. Un aprendizaje, además, que ha cambiado totalmente: debe hacerse desde casa, solos, frente a un dispositivo electrónico, un soporte, además, que requiere mucha disciplina y organización.