¿Quién lo iba a decir?, ¿Quién se lo habría imaginado?, ¿Pensamos alguna vez, no solo en el Colegio, y en nuestro trabajo diario, sino en nuestras propias vidas, que nos pasaríamos el año encerrados en nuestros hogares, en un ambiente de plena incertidumbre? Sin duda que nadie. Pero es lo que nos ha tocado vivir. Parecía que esta experiencia era algo que ya no podía ocurrir en nuestro tiempo, y que todo lo concerniente a estos temas, era algo más propio de la ficción, o de hace cien años atrás.
Sin embargo, aquí estamos. Un gran desafío, uno más en la larga historia de este colegio. Para nuestro programa también lo ha sido. En un comienzo todos quienes conformamos el equipo de PH nos preguntábamos qué íbamos a hacer en un año tan incierto como este. ¿Qué hacer con un Programa que se basa fundamentalmente en el trabajo en equipo, que busca la discusión, el análisis y la reflexión cara a cara?
Pues bien, el destino dijo otra cosa, y decidimos correr el riesgo, y proponer a los alumnos, y a nosotros mismos, una modalidad distinta, que viera cómo podíamos vernos favorecidos por la docencia a distancia. Los alumnos se entusiasmaron rápidamente, y empezaron a trabajar en sus aulas virtuales como si se tratara de una sala del edificio en calle Álvarez 2950. Eso sí, nos vimos en la obligación de reducir contenidos, material de apoyo, y actividades propias de la fase grupal que contempla el Programa.
Pero aquí viene lo maravilloso. Las dudas iniciales comenzaron a ser reemplazadas por la genialidad de nuestros alumnos, como siempre. Les pedimos que el subtema que debían trabajar, lo presentaran de la forma más creativa que se les podía ocurrir, en un tiempo acotado, y en que todos los integrantes del grupo participaran de forma equitativa. Y así fuimos viendo en pantalla, cómo los dormitorios de sus casas, los escritorios, comedores, livings, patios, o balcones, se transformaban en los escenarios ambientados para la ocasión. Hubo conversatorios, podcast, visitas a museos, programas de TV, monólogos, animaciones, documentales, en fin, acompañados de disfraces, y locaciones de época. Todo lo que había en casa podía servir… Al final, todos terminaron muy satisfechos y contentos. Demostraron que, ante la adversidad, con ganas, trabajo, organización, y mucha creatividad, todo se puede resolver. Se aprende a crecer, y se crece aprendiendo, de eso se trata la verdadera educación.
Estamos próximos a cumplir veinte años del Programa de Humanidades, y si algo faltaba por incorporar a nuestra experiencia, era sin duda esto. Para nuestros jóvenes, todo lo vivido en este año, será parte de un recuerdo imborrable en sus vidas. La Pandemia pasará, y el encierro también, pero lo que han aprendido en estos meses, junto con las vivencias adquiridas, los acompañarán para siempre.
Muchas gracias a todo el equipo de Profesores del Programa. Su enorme profesionalismo, disposición y compromiso, han sido a lo largo de todos estos años, una muestra de calidad, como se merece nuestro querido Colegio Alemán de Valparaíso.
Alejandro Poffan L.-
Humanidades DSV
«Mi experiencia en presentaciones PH online«
Al comenzar las clases online se creó una gran incertidumbre sobre qué haríamos con el tradicional Programa de Humanidades. Luego de mucha incertidumbre en consejo de curso y reuniones entre profesores para saber cuál sería la mejor forma de sobrellevar dicha evaluación, nos comentaron que debíamos hacer una presentación creativa virtual, ya sea en vivo o grabada previamente. Al principio nos pareció una idea completamente utópica. ¿Cómo vamos a pasar una obra de teatro en la cual se destacan los vestuarios y las actitudes propias de la caracterización a un formato digital? PH siempre se ha caracterizado por el ambiente que se forma durante los días previos y el día de las presentaciones.
Como grupo empezamos a trabajar sin saber muy bien cómo íbamos a reflejar nuestro subtema con las dos asignaturas solicitadas. Si bien fue complejo ponerse de acuerdo de forma virtual y poder llegar a un consenso sobre cómo reflejar el aprendizaje a través de una pantalla, nos dimos cuenta que el compromiso con el programa es mucho más grande que la distancia física. El día de la evaluación se percibió el mismo ambiente característico, los nervios previos a la presentación y la felicidad de poder dar por finalizado el semestre.
Ver a todo el curso reunido con sus respectivas vestimentas y listos para presentar sus videos y podcast reflejó todo el compromiso que conlleva ser parte del programa de humanidades. El espacio físico no hace una presentación de calidad, los alumnos son quienes crean y mantienen viva la esencia PH ya sea en una sala de clases todos juntos o a través de una video llamada.
Un agradecimiento a los profesores de humanidades quienes nos dieron todas las herramientas para hacer una presentación de calidad, y por encargarse de resolver todas nuestras dudas y conflictos, y al curso, por ser tan unido y responsable a la hora de presentar.
Sofía Garrido
Alumna curso IIIºA
«Mi experiencia tras la pantalla«
08:00 hrs, abro los ojos, 08:15 hrs, me levanto, 08:20 hrs, me doy ánimo, 08:25 hrs tomo desayuno y 08:30 nuevamente sentada frente a un computador. Para mí, y seguramente para todos mis compañeros y profesores, el tener una nueva rutina, no poder salir a ver a los amigos, familiares o simplemente el hecho de estar en clases on line ha sido un tremendo desafío.
Aunque seamos jóvenes y se diga que la tecnología es lo nuestro, no crean que ha sido fácil, ¡para nada! Yo que he vivido esta experiencia estando en el programa “PH”, ha sido un reto y completamente una novedad. Saber organizarse y aprender a través de una pantalla, utilizar aplicaciones que no sabía de su existencia como Zoom y Meet, usar distintos métodos de evaluaciones para cada asignatura o crear una obra (y luego actuarla en pantalla¡¡), en un comienzo no lo creí posible. Tuvimos que ingeniárnosla y echar a volar nuestra imaginación como nunca antes, ya que todo era tan incierto.
Las primeras semanas cuando vi que mis amigos y compañeros estaban detrás de la pantalla, sin poder abrazarlos, sin sus bromas o simplemente no poder sentir su presencia, fue completamente extraño. Sin embargo, lo logramos y pudimos sobrellevar este periodo. Nunca imaginé que tuviéramos la capacidad de hacer todas estas cosas sin poder vernos en vivo, teniendo que interpretar lo que la otra persona quiere decir a través de los ojos, los gestos o las muecas (cuando las cámaras estaban encendidas…), sin duda fue una nueva habilidad que tuvimos que sembrar.
Agradezco a todos los profesores que estuvieron ahí para apoyarnos en todo momento, por su paciencia, la flexibilidad, contenernos emocionalmente y, sobre todo, el confiar y jamás dudar de nosotros.
Estar en estas condiciones en el colegio, ver a mis compañeros y amigos detrás de una pantalla, ha sido un impacto en nuestras vidas que yo creo que a nadie se le olvidará jamás, y que quedará plasmado en nuestros recuerdos y corazones para siempre.
Francisca Díaz
Alumna curso III°A