El 14 de octubre tuvo lugar una conversación virtual con los testigos contemporáneos Holger Timmreck y Marina Grasse. Los III° y IV° Medios abordaron la pregunta «¿Era la República Democrática Alemana (RDA) un estado injusto (“Unrechtsstaat”) en el marco de las actividades del ramo de Historia en Alemán.
Después de un saludo de bienvenida del rector Martin Gellert y una breve introducción del profesor de Historia en Alemán, Till Pechatscheck, Holger Timmreck comenzó su intervención.
La infancia de Holger Timmreck estuvo marcada por las consecuencias de la actitud crítica de su padre hacia el régimen de la RDA. Un día fue arrestado por miembros de la Stasi (Ministerio para la Seguridad del Estado) y permaneció separado de su familia durante un año.
Desde su tiempo de colegio, Holger Timmreck no pudo aceptar la ideología generalizada con facilidad. Esta rebeldía tuvo como consecuencia que más tarde se le negara los estudios deportivos deseados pues, se señaló que “no era apto”.
Comprendió que por eso siempre estaría segregado y decidió, huir a Occidente. A la edad de 21 años intentó cruzar la frontera de Checoslovaquia, pero fue arrestado.
El Sr. Timmreck fue puesto bajo custodia por la Stasi en Dresde. Según relata, cuando testifico, la gran presión que sentía lo abandonó, porque finalmente pudo decir la verdad. Para él, la RDA era claramente un estado injusto.
Después de este tiempo en prisión, el Sr. Timmreck fue liberado mediante los pagos por rescate realizado por la República Federal de Alemania (RFA) en 1982. En los años siguientes pudo estudiar en Colonia y comenzar su vida profesional como editor de deportes.
En su presentación, el Sr. Timmreck también ofreció algunas impresiones visuales, mostró su certificado de liberación y varios videos sobre las instalaciones de seguridad de la frontera, las manifestaciones que tenían lugar los días lunes y la apertura del Muro.
Concluyó con un llamado a los estudiantes: «Cada joven tiene la oportunidad de tomar la vida en sus propias manos. Así lo hice yo resultó bien.»
También la Sra. Marina Grasse cuenta con una emocionante historia personal. Su abuelo y héroe de la infancia era miembro del Partido Comunista y había sobrevivido al tiempo en el campo de concentración de Buchenwald. El lema de su familia siempre fue: «Nunca más la guerra, el fascismo y el hambre». En consecuencia, su madre siempre la animó a ir por la vida con los ojos abiertos y hacer preguntas.
Fue en la década de 1968 que la visión de la Sra. Grasse sobre los eventos políticos se agudizó de manera decisiva: Las reformas en Eslovaquia dieron lugar a la esperanza de que el socialismo en la RDA pudiera complementarse con la democracia. Sin embargo, ella no pudo aceptar el despliegue de las fuerzas armadas y que la Primavera de Praga simplemente se proclamó finalizada mediante una declaración que todos debían suscribir.
La Sra. Grasse comenzó a discutir las reformas, los movimientos sociales y los enfoques educativos alternativos en un grupo de debatejunto con otros ciudadanos de la RDA.
Este grupo se convirtió en un movimiento por
la paz a principios de la década de 1980 en el curso del rearme militar, dándose
a conocer de manera pública. El objetivo de este «Círculo de la Paz de
Pankow» era una República abierta a la democracia, y fue en este sentido
que hizo un llamado a los ciudadanos de “desarmar” la ideología, autoafirmarse
en la política y tener coraje para contradecir.
Las manifestaciones en la RDA en 1989 se extendieron cada vez más. Los ciudadanos exigieron cada vez mayores derechos civiles y libertad de circulación. Las principales razones de ello fueron el fraude electoral que se hizo público, la solidaridad del gobierno de la RDA con los militares chinos tras la violenta supresión del movimiento de protesta en Pekín y el silencio de los medios de comunicación sobre el movimiento masivo de personas, principalmente jóvenes, que huían a Occidente.
El grito «Somos el pueblo» se convirtió más tarde en «Somos un pueblo». Marina Grasse describe cómo algunas personas querían pertenecer a la República Federal de Alemania, mientras que otra parte creía firmemente en la democratización de la sociedad de la RDA desde dentro.
Después de la apertura de la frontera en noviembre de 1989, un gobierno provisional negoció los siguientes pasos. La Sra. Grasse participó en una mesa redonda sobre reformas educativas.
En 1990 se celebraron elecciones anticipadas, en las que la Alianza Conservadora de Alemania se convirtió en la fuerza más fuerte con un 48%.
La decisión entre la adhesión y la unificación se tomó para unirse a la RFA, por lo que la Sra. Grasse es cautelosa en el uso del término «reunificación». En los dos tratados estatales, toda la legislación de la RDA tuvo que adaptarse a las estructuras de la RFA.
Marina Grasse participó en el nuevo gobierno como encargada de asuntos de género. Su cargo, tal como dicho gobierno, llegó a disolverse el 3 de octubre de 1990.
En los años posteriores del cambio de régimen, Marina Grasse fundó una asociación de paz junto a otras mujeres. Desde entonces, trabaja para el intercambio de mujeres entre Europa oriental y occidental.
Si fue o no la RDA un “Unrechtsstaat”, la Sra. Grasse sintetiza, que fue una dictadura, en la que sucedieron muchos actos ilegítimos, pero que para ella no fue un “Unrechtsstaat”: Existía una jurisdicción y una constitución, el gobierno no fue ejercido de manera arbitraria, si no fue bastante planificado. Quien actuó como enemigo del Estado, puso en riesgo sus libertades, y quien quería ir al Occidente, puso su vida en juego. Los derechos ciudadanos eran limitados pero existía la idea de la justicia social.
Cuando terminaron estas emocionantes presentaciones de nuestros invitados, se animó a la audiencia virtual de hacer preguntas. El panel de debate fue conducido por el profesor de Historia en Alemán Benjamin Grasse. Para terminar, los testigos contemporáneos compartieron con los alumnos dos consejos para la vida: Asumir la responsabilidad como ciudadanos y nunca dejar de hacer preguntas. Agradecemos a Holger Timmreck y Marina Grasse por haber compartido sus experiencias, al departamento de Historia por la organización del encuentro, y a un público de aproximadas 100 personas por su participación.