Querida Angélica:
Desde Osorno a Viña, detrás de tus sueños, hijos y nietos, nos brindó la oportunidad de compartir contigo hermosos años en el DSV.
Has sido un enorme aporte para todas, en lo profesional con un gran sentido de responsabilidad y compromiso, mucha alegría y una forma positiva de enfrentar la vida, así como los desafíos del día a día.
Has dejado una huella y marcado un sello importante y significativo en tantos alumnos que te llevarán por siempre en el corazón. De igual manera forjaste lindos y fuertes lazos de amistad en este equipo, donde te caracterizaste por tu calidez y empatía.
Ange, te extrañaremos, pero no nos cabe dudas que en más de una ocasión te tendremos de regreso haciendo algún reemplazo; y continuaremos compartiendo contigo cafecitos y uno que otro almuerzo por aquí y por allá.
Sabemos, que esta nueva etapa que comienzas estará llena gratificaciones. Podrás disfrutar del tiempo con tu familia y cultivar otras habilidades fuera del aula. Tu espíritu de Educadora de Párvulos te acompañará siempre y lo seguirás poniendo en práctica con tus amados nietos.
Vive la vida y disfruta, te lo has ganado, ahora es tu tiempo.
Con mucho cariño
Ciclo inicial