Exalumna de nuestro colegio, fue por casi 40 años profesora de Básica. La despedimos de nuestra comunidad con mucho cariño y agradecimiento.
¿Cómo y por qué llegaste a trabajar en el colegio?
Soy ex alumna del DSV. En diciembre de 1981, habiendo egresado, me piden hacer un reemplazo por un pre y post natal de febrero a julio de 1982, para una educadora de párvulos, en el colegio alemán de Quilpué. Este reemplazo terminó en julio, por lo que quedo a la espera de alguna vacante. En septiembre me llaman para reemplazar nuevamente a otra educadora de párvulos, pero esta vez en la sede de Agua Santa.
¿Qué recuerdos tienes de esos tiempos de inicio?
Mi inicio, al principio, fue trabajando como educadora y auxiliar de párvulos. Después de unos años ingreso a la educación básica, con un primero. En esos tiempos eran cursos bastante grandes, pero con un horario de 8:00 a 13:00. Este horario era cómodo para los alumnos, ya que tenían sus tardes libres, para nosotros los profesores era también agradable, solo una vez al mes teníamos consejos. Los profesores de primero y segundo nos juntábamos por las tardes de manera voluntaria a preparar material de apoyo. Todo era más relajado, sin tanto apuro.
¿Cómo sientes que ha cambiado el colegio y su comunidad en todos estos años?
El colegio ha evolucionado en beneficio de entregar una mejor educación y formación para los niños, con mayor participación de los apoderados y enseñando técnicas y métodos para fomentar el trabajo más colaborativo. Destaco también la importante presencia de la preocupación por el medio ambiente y sociedad. Quiero destacar también lo observado durante la pandemia en que toda la comunidad se adaptó y unió para tratar de lograr los aprendizajes, lo que para mi refleja una sólida base en la planificación y ejecución del modelo educativo.
¿Qué es lo que mas te gusta de tu profesión y de tu trayectoria en el DSV?
Lo que más me ha gustado siempre son los niños. Ver sus caritas de asombro al aprender; cuando escriben, suman, son capaces de redactar cuentos y entrar al mundo de la lectura. Durante mi trayectoria siempre hice lo que más me gustaba, 1° y 2° básico, pudiendo empezar con el proceso de lecto escritura, enseñar las cuatro operaciones básicas en matemáticas y encantar a los niños con el idioma alemán.
¿Alguna anécdota que quieras compartir?
Durante todos estos años hay muchas anécdotas, algunas alegres y otras no tanto. Algunas de ellas son:
- En marzo, los niños, cada vez que sonaba el timbre de la primera a la segunda hora, se sacaban su delantal, pensando que se iban a su casa y solo era el cambio de hora (en kínder no existe el timbre).
- Una vez asistí a clases, con una falda, y un niño dice al curso “Tiene piernas la Frau”.
- Recuerdo que una vez a fin de año, nos quedábamos a dormir, con los segundos básicos en el colegio haciendo noche de cuentos.
¿Qué actividad recuerdas con especial afecto?
De las actividades que recuerdo con especial cariño, siempre será la Kermesse, donde se preparaban bailes y cantos. El nerviosismo de los niños por presentarse al frente de tanta gente y el mío también para que todo les saliera bien. La preparación de los juegos infantiles para este evento y los turnos en los diferentes Stands como el del Costillar o la Bierbude.
Nuestro paseo de todo el día, de fin de año de los primeros y segundos básicos al Ferienheim. Con parrillada de salchichas y baño por turnos en la piscina.
Viaje de fin de año al Buin Zoo.
¿Qué crees es lo que más extrañarás del colegio?
Extrañaré de seguro a los niños y el cariño que ellos entregan desinteresadamente. A mis queridas colegas, que hemos trabajado por años juntas, realizando por sobre todo un trabajo en equipo y colaborativo. Disfrutando y compartiendo alegrías y penas. A los asistentes de educación, guardias y personal administrativo que siempre han tenido toda la voluntad, ayuda y un gesto amable.
¿Qué mensaje le quieres dejar a la comunidad del DSV?
Al DSV le quiero agradecer que siempre confió en mi y me dio todo su apoyo. Debido a la profesión de mi marido, varias veces tuve que retirarme, pero siempre pude regresar. Me voy inmensamente agradecida y con el corazón llenito de amor de tantos niños a los cuales enseñé, no solo a leer, escribir y sumar, sino también , valores y cariño.